viernes, 3 de julio de 2020

LEER





Me gustan estas tardes pacíficas, aburridas, reposadas... No hacer nada. Dormitar. Leer un rato, poner algo de música… Ha sonado el móvil…

- Holaaaa ¿qué tal estás princesina?
- Muy bien ¿y tú? no me digas que andas por aquí ¿Ya no vienes nunca o te has buscado a otra rubia?
- Jejeje puede que ambas
- Cabrón
- ¿Qué haces, estás liada?
- No, solo estaba leyendo.
- Jajajaa, siempre te pillo leyendo, o lees mucho o tengo una puntería de la hostia…¿tas solita?¿me paso?
- Estoy solita, solita
- Mmmmmmm sí que tengo puntería, sí ¿Me paso por tu casa?
- Mmmmmmmm ¿tardas mucho?
- En un cuarto de hora estoy ahí ¿te acuerdas de lo que hablamos por msn? Espérame así. 
Le he esperado como me ha pedido, sentada en el sofá oscilante, con una blusa blanca ajustada que me marca los pezones y… nada más.

Estaba anocheciendo y la gata del vecino se ha puesto a maullar como loca, reconozco que me ha excitado tanto pensar que él llegaba, que ganas no me han faltado de ponerme a gritar como ella… He notado como mi deseo me precedía, he recordado otras veces que ha venido, como el día aquel en el mismo sofá o el día del vibrador. Me enciendo, en cuanto reconozco su voz, me caliento. No sé qué tiene, con qué clase de encantamiento me hechiza, pero es oírle respirar a través del teléfono y no puedo dejar de pensar en las mil formas de follármelo…de comérmelo entero. Imagino su polla palpitando contra mi mano, sus labios humedeciéndome, sus manos apretándome…y no puedo con mi cuerpo, se va solo…

Ha llegado enseguida. Ha dejado sobre la mesa el casco de la moto. Yo he fingido que seguía leyendo, prácticamente desnuda, a mi bola, como si nada. Se ha sentado en el borde de la mesa y se ha echado a reír…

- Jajajaja ¿pero serás zorra?

He pasado totalmente de él. Me ha costado muchísimo porque estaba deseando lanzarme sobre él. La imaginaba a reventar por debajo del vaquero. Pero he simulado que seguía leyendo y le lanzaba miraditas por encima del libro. Mis ojos no le miraban pero mi coño no ha dejado de hacerlo…

- Vale…¿quieres leer? Pues no dejes de hacerlo ¿vale?

He pasado de él. A mi bola…yo a mi lectura (aunque en ese mismo momento ni puta idea de lo que estaba leyendo). Entonces él se ha agachado entre mis piernas y ha comenzado a acariciarme los muslos a dos manos, las ingles, las caderas, pasaba sus dedos suavecitos como si quisiera hacerme cosquillas pero sin llegar a hacerlo, suave, luego soplaba en mis muslos trazando figuras imposibles o los lamía como un gato o los mordía levemente, rico, rico. Ha notado que me movía de gusto y mi respiración se hacía más dificultosa. He ido a dejar el libro y me ha dicho:

- De eso nada…tienes que seguir leyendo.


Me ha dado un escalofrío. Entonces ha tirado de mis piernas para presentar totalmente mi coño en su boca, ligeramente tendida en el sofá, con las tetas saliéndose de la blusa, los pezones durísimos marcándose en ella y mi ridículo librito fronterizo entre mis manos… 


Ha pasado su lengua por la línea de mi raja, arriba, abajo, una vez, otra, me faltaba el oxígeno. Luego me ha llenado el coño de besos grandes y lascivos, y muchos más pequeños y delicados, me ha llenado el coño de lengua, de saliva, de caricias, de él, de gusto, de todo. 

Me ha estado degustando el coño como si fuera el más exquisito de los manjares, con auténtico goce, totalmente entregado a cualquiera de mis reacciones, usando todos sus sentidos, su habilidad. Me ha puesto muy muy cerda. Fingía seguir leyendo pero apenas si podía respirar. Jadeaba a más no poder, me retorcía en el sofá de puro gusto, levantaba el culo y le suplicaba que me dejara correrme ya y pasar del puto libro…

- No, no, no…Querías leer ¿no, guapa? Pues lee .Venga lee. En alto.

Joder no daba crédito… pero le hecho caso, no sé bien porque, será por es el puñetero hechizo o qué se yo, pero le he hecho caso… (Su voz enérgica, mezclada con sus maneras tan educado, tan él, me vuelven loca, su fuerza, su carácter dominante adulterado con su ternura, su sentido del humor, me vuelve loca. Este cabrón me tiene loca)


- “‹‹…no tiene ninguna importancia. Tanto da. No deja de ser un coito. Al poner en contacto nuestros cuerpos imperfectos, no hacemos más que contarnos lo que no podríamos contarnos de otro modo. Y así adquirimos conciencia de nuestras respectivas imperfecciones›› Por supuesto, éstas no son…cosas que puedan expresarse…” *

Él ha dejado un momento lo que estaba haciendo.

- ¿Qué pasa? Sigue leyendo. He soltado un suspiro inmenso, he tomado aire y he continuado con la lectura:

- “…que puedan expresarse fácilmente. Y me limite a abrazar en silencio…” *
- Ufff, joder, joder J. no puedo, no puedo me voy a correr, me lo estás haciendo de muerte.

- Jajajaja, te gusta eh?, ¡que jodía!


De pronto se ha levantado y mientras salía por la puerta me ha dicho firme:

- Ni se te ocurra moverte ¿eh? No sigas leyendo hasta que vuelva.

Se ha quedado todo en silencio. He apretado los ojos fuerte mientras echaba la cabeza hacia atrás. Mi espalda se doblaba sola. He pensado que lo ha hecho a propósito para excitarme aún más. O puede que fuera al revés. Estaba deseando que volviera. Estaba deseando volver a sentir su boca en mi coño. He cerrado también las piernas y las apretaba contra mí. Por un lado conteniéndome, por otro deseando soltarme entera… Ha tardado un poco. Bastante. O quizá solo me lo ha parecido a mí.

– (Vuelve, ya, vuelve, vuelve, vuelve…)
 - pensaba

Ha regresado con un vaso de agua con hielo en la mano. Solo agua. Ha posado el vaso en la mesa mientras me sonreía con una cara de hijo de puta impresionante.

- Venga…sigue…quiero oír como lees

- “Y me limité a abrazar en silencio a Naoko. Mientras, podía sentir el tacto áspero de un cuerpo extraño que permanecía…” *


Ha vuelto a comerme el coño a quemarropa. Mi cuerpo era todo lubricidad. Abrasaba. Mi sexo se levantaba violento hacia su boca, mis piernas totalmente abiertas ante él. Sus manos agarrándome por el culo. El clítoris levantado hacia él. Se ha ayudado del balanceo de mi sofá oscilante para acercar o alejar mi coño de él a su antojo. Ha pasado su lengua por mis labios una y otra vez, por todo mi sexo, lamiendo, mordisqueándolo suavemente, moviendo el clítoris con su lengua en círculos, arriba y abajo, hacia los lados. Respondiendo a mis movimientos. Atento a mi lujuria. Yo muy loca. Revolviéndome. No podía más.

Ha agarrado el vaso de agua y daba un sorbo al agua helada y luego pasaba su lengua por mi coño. La metía especialmente en mi agujero para que yo pudiera sentir el contraste de mi coño ardiendo con el agua fría en su lengua. La sensación me ha hecho tiritar de placer. Lo ha hecho varias veces. No entiendo como podía leer nada, pero creo que ha sido ese pequeño juego suyo el que ha colaborado más a ponerme tan puta…cada vez que sentía que mi orgasmo llegaba, la lectura lo contenía y lo precipitaba al mismo tiempo. Ha sido como cuando sueñas que caes desde un abismo. Sabes que llegarás al fondo, pero la tensión de la caída, esa sensación es extraordinaria e incluso hermosa…

-“…permanecía dentro de ella” *


- Fóllame, J. Fóllame por lo que más quieras. Quiero correrme. Fóllame como sea, con lo que sea. Necesito correrme, no puedo más, no puedo, estoy que reviento


- Vaaaamos - me ha dicho como si no hiciera falta que se lo pidiera - córrete, córrete para mí, así, así… pffff, preciosa

No podía más. Su lengua no dejaba de provocarme. Me he sentido crujir por dentro. El libro a tomar por saco, mis piernas se han enredado sobre él, creo que lo estrechaban, mis gemidos se me han clavado dentro. Me tenía bien agarrada por el culo, podía sentir sus dedos sobre mis cachas apretándome, me ha sujetado mientras me corría para que mis espasmos no me separaran de su boca ni un instante, situándose en el centro de mi gozo dejándolo caer sobre su boca. 


Mi placer ha sido total. Mi orgasmo ha sido intensísimo después de aplazarlo tanto y tanto. Entonces se ha puesto de pie. Se ha sacado la polla y ha empezado a pajearse con rapidez. Seguía cachonda ante la formidable visión de su cuerpo frente a mí, resplandeciente, inmenso,  a pesar de acabar de correrme, le deseaba. Deseaba todo su cuerpo perforándome a mansalva, haciéndolo mío, haciéndome suya.


Su voz socarrona me ha sorprendido - ¿Quieres más? Sí que quieres ¿eh? jajajaja sí que quieres!

Ya lo creo que quería más. Quería más y más y más.

- Joder princesina… puedes jurar algo a que voy a follarte hasta terminar de joderte el sillón!!

(¿Será cabrón?)



* Extracto de Tokio Blues, Haruki Murakami