Le observo a hurtadillas mientras camino junto a él, en silencio, dejando que nuestros pasos se acomoden. Sé que él se pregunta por qué camino tan callada. La luz de la Luna se enrosca en nuestros cuerpos como una enredadera y a mí me gusta esa luz débil de la noche subiéndome por el cuello. Sé que estoy loca. Loca por dejarme atrapar, por ser una inconsciente que se mueve por arrebatos, porque veo cosas que puede que los demás no vean y porque vivo inmersa en una país de sensaciones que me van cincelando a mordiscos. Sí, estoy loca. Loca porque me folle. Desde donde estoy casi puedo oírle respirar y percibo como el calor de nuestros respectivos cuerpos comienza a acoplarse. Me produce mucha ternura ver como se esfuerza por no parecer inquieto, hablamos de cualquier cosa y caminamos a la deriva hasta que el azar o los minutos decidan qué hacer.
Hay momentos en los que no sé qué pensar, o mejor dicho, no puedo pensar. Solo me siento capturada por diversas impresiones: el movimiento de mi sangre en mi carótida, el roce del aire en mi garganta, los embates de mi respiración subiendo y bajando desde mi pecho, ese pequeño mareo que produce la pulsación en mis sienes… el modo en que mi cuerpo se prepara para lo que él supone que puede ocurrir antes de que yo misma pueda saber qué va a pasar. Luego la humedad de mis bragas me delata, la urgencia de mi coño me esclaviza, y me siento arrastrada por mi ritmo cardíaco, el vértigo y la confusión, sufriendo una especie de Síndrome de Stendhal provocado por el sentimiento de belleza y vitalidad que mi propio cuerpo me produce.
Él permanece ajeno a todo esto mientras intento controlarme en vano (siempre es así) Solo me mira y le gusta el brillo de mis ojos, la forma en que se abre mi boca o mi risa estalla sobre el aire. Sabe que pasa algo pero no está seguro de qué cosa es. No es algo racional. Yo aprieto las piernas mientras digo cualquier tontería, observo también su turbación y sus nervios, y mi piel se enerva debajo de la ropa, mis muslos hacen fuerza contra la carne abultada de mi coño y la humedad de mi sexo cae como un gotero que inunda mi culotte... y durante este proceso, mi mirada examina sus manos o se fosiliza en la dilatada pupila de sus ojos, intenta averiguar porque ese pliegue de la ropa se eleva precisamente en esa trayectoria, se pregunta si su sexo le estará acuciando tanto como a mí y me da pavor sólo mirarle la boca porque siento un irresistible impulso de morderla.
Porque mi mente ya está en un cuartito desnudándole ferozmente, y le sueño tumbándome sobre una cama y pidiéndome que le muestre mi coño, le veo abriéndome las piernas, aspirando mi aroma o bebiendo mis fluidos, casi puedo sentir sus manos sujetando mis caderas mientras su boca se hunde en mi rajita y siento ese primer tacto húmedo de su lengua produciéndome chasquidos, arrancando gemidos de mi garganta, le recreo penetrándome muy muy lentamente mientras me mira fijamente a los ojos. Me imagino tragándome su polla, sintiéndome ahogada por ella mientras algo gruñe entre los cauces de mi coño, le veo sacudiéndose contra mi pelvis, mordiéndome el culo o rozando mi ano con la punta de su lengua mientras mi cabeza parece dar vueltas y más vueltas. Me muerdo discretamente el labio. Le veo apretándome los muslos, me imagino mi pelo alborotado y mi corazón aporreándome el esternón. No puedo dejar de mirar su sonrisa de gozo y mi cuerpo resplandeciendo de felicidad como una criatura luminosa suspendida en una fosa abisal, inmensa y oscura, irradiando placer bioluminiscente hacia un mundo tenebroso o alcanzado por las sombras.. y yo soy una luz en medio de esa noche. Siento este sol mío que me nace desde dentro de las ganas, irradiando calor y vida, y esa necesidad de propagarme hacia otros seres.
Y es entonces, cuando saboreo ese silencio y este sol, mío…
¡ojos que te leen!
ResponderEliminar... zanganeando por la bloggosfera, me acordé de ti; en serio [bueno la prueba empírica es este comentario] y, no sé [o sí] porqué, pero el caso es que introduje en el buscador de Google : 'como puta por rastrojos', y como en los 53,5 primeros enlaces no me aparecías ... opté por la segunda opción : 'la niña mala'; y ¡¡voilá!! heme aquí que te encontré
bueno pues, misión cumplida; ya (te)cotillee; y me he suscrito por si algún día decides publicar un relato un poco más corto, por aquello de la buena esencia ...
un beso, cielo
______
Cuánto tiempo! Ya ves ni yo me paso por mi blog! XD
EliminarEscribo a veces algo...poco porque estoy muy entretenida con mi vida. Gracias por volver a leerme, un beso
por cierto ...
ResponderEliminarahora que te pienso, me estoy pensando realizar y publicar una entrada en mi blog como el diablo manda, ahora que no llevo mochila alguna con polizón incluido subid@ a mi chepa, acerca de 'aquello' que tú, lola y yo sabemos; al menos que yo sepa
______
Maravilloso blog
ResponderEliminarMe encanta.
Felicidades por tus post.
Todo un placer leerlos
Saludos
Carla Mila
Me encanta que te gusten! El placer es mío. Saludos, Carla!
EliminarDios. eso es el elixir de los dioses, y tu quién lo hunta en mi boca. Tenemos que conocernos pervertida. Sólo un momento para descubrir a que huele y que sabor esta en tu cuerpo. Caminante no hay camino, se hace camino al chupar. jejejeje. pervertida, como yo. Solo toma con tus manos las nalgas y separalas para mi, mientras yasgo atado al respaldo de la cama.
ResponderEliminarJuan De Marco.
Jo, si que hace tiempo que no me paso por el blog! Muchas gracias por un comentario tan chulo! Un beso
Eliminar